NOTA PAGINA 12 9/1/09
De camping sin sacarse el saco
El gobernador de Santa Fe fue la figura del campamento de la Juventud Socialista en Cafayate. Lo acompañó Rubén Giustiniani, quien aseguró que el socialismo va a derrotar a Carlos Reutemann en las próximas elecciones santafesinas.
Por Werner Pertot
Desde Cafayate
Por Werner Pertot
Desde Cafayate
Un Hermes Binner inusualmente bromista bajó de su auto frente al campamento de la Juventud Socialista, junto a Rubén Giustiniani. Lo recibieron con una torta frita salteña y un mate, que el gobernador de Santa Fe se ocupó de degustar. Chispeante, Binner contó que tuvo una “recepción inesperada” en el aeropuerto de Salta: allí lo esperaba el gobernador Juan Manuel Urtubey, que lo declaró ciudadano ilustre. “Y lustre”, se divirtió Binner, haciendo un gesto hacia sus zapatos. Los dirigentes recorrieron el campamento de los jóvenes del PS, que los recibieron más con fotos que cantitos (la cultura fotolog llega a todas partes) y luego encabezaron una marcha que avanzó hacia la biblioteca local, a la que le hicieron una donación solidaria de libros. Allí se abrazaron con el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, recién llegado.
Por la noche, en un asado entre las montañas rojizas de los Valles Calchaquíes, Giustiniani se ocupó de las aspiraciones presidenciales de Carlos Reutemann. “Reutemann tiene dos problemas: el primero es ser el candidato de Kirchner sin ser kirchnerista y el segundo es ganar las elecciones de Santa Fe de este año, en las que va a triunfar el socialismo”, dijo, entre aplausos.
Los campamentos de la Juventud Socialista son una tradición que viene de 1989, cuando Giustiniani organizó el primero como presidente de la JS. Este año eligieron las montañas tapizadas de verde de Cafayate como escenario. Los jóvenes que llegaron de todo el país se instalaron tras las empalizadas de piedra estilo medieval del camping de Luz y Fuerza. “Más del 50 por ciento son de Santa Fe. El resto viene de Entre Ríos, La Pampa y Buenos Aires mayoritariamente”, explicó el secretario general del PS Salta, Germán Moreira. El campamento dura cuatro días y comenzó el miércoles con una serie de charlas y talleres que van desde diversidad sexual, el rock en los jóvenes socialistas y pueblos originarios hasta “Socialismo y gobierno”. “El campamento tiene una orientación formativa. Después, están los que no duermen en los cuatro días”, reconoció Moreira.
En la tarde fresca de Cafayate, bajo un cielo de nubes que ocultaba por momentos los picos de los cerros, los jóvenes socialistas tomaban mate, jugaban al voley o un picadito y asistían de a cientos a las charlas, que se daban en la gigantesca carpa comedor. Había banderas rojas por doquier y una negra que remedaba una frase del Che: “Si el presente es lucha, el futuro es nuestro”. También sobresalía una camioneta con camuflaje militar, de veteranos de Malvinas rosarinos.
En una de las carpas sonaba una canción de Michael Jackson, que generaba controversia entre sus ocupantes, todos de Entre Ríos. “Ya nos tendríamos que adaptar y poner folklore”, señalaba Augusto el panorama telúrico de llamas pastando y caballos que cruzaban por la ruta. “Che, yo quiero poner reggae desde la mañana y no me dan bola”, se quejaba Mariana, de 22 años. Augusto, el más grande, milita en el socialismo desde hace diez años. El resto, que se conocen de un profesorado de historia, se está acercando a través del campamento. “Invitan a la gente para que luego se pueda ir sumando a militar. No-sotros llegamos anoche tarde, quisimos prender un fogón, pero nos pidieron que cerca de las carpas, no”, relata Ezequiel, de 17 años. Algo más los une: todos contestan que lo ven a Binner como presidente. “Es una figura constructiva de la oposición, no como Ca..., como otras figuras”, se corrige Augusto, que lleva una remera de Homero Simpson.
De saco, aunque sin corbata, Binner entró sonriente al campamento y se zambulló en un mar de flashes de cámaras y fotos de celulares (entre los jóvenes socialistas había más de un peinado flogger) “Parecemos un curso de egresados y nosotros, los profesores”, le comentó Binner a Giustiniani, entre foto y foto. Uno de los jóvenes lo invitó a una charla sobre la crisis internacional. “¿Crisis? ¿Qué crisis?”, bromeó Binner y guiñó un ojo. A medida que pasaba el rato, algunos se animaron a los cantitos: “¿Qué me decís?/ Está creciendo el socialismo en el país”, coreaban.
Binner saludó hasta a los cocineros, que preparaban las empanadas para la noche. “Les vamos a dar unas ricas empanadas salteñas”, le dijo la cocinera al gobernador. “De las santafesinas, ya estamos cansados”, chanceó Binner, que luego encabezó la marcha hasta el centro de la ciudad y hasta se sumó a los cantitos. “Ni peronista, ni joven K/ soy socialista de verdad”, cantaban los jóvenes. Por la noche, Giustiniani señaló en la charla que “la Argentina vive una etapa de transición. El kirchnerismo ya agotó su respuesta a la sociedad y desde la oposición debemos plantear una alternativa para salir de la crisis” y planteó que es necesario suspender por seis meses los despidos.
“Ya hay presidentes socialistas en Uruguay, en Chile, en Brasil, lo que nos da la pauta de que Argentina también tendrá, más temprano que tarde, un presidente socialista”, se entusiasmó el senador. A su lado, Binner sonreía.
Por la noche, en un asado entre las montañas rojizas de los Valles Calchaquíes, Giustiniani se ocupó de las aspiraciones presidenciales de Carlos Reutemann. “Reutemann tiene dos problemas: el primero es ser el candidato de Kirchner sin ser kirchnerista y el segundo es ganar las elecciones de Santa Fe de este año, en las que va a triunfar el socialismo”, dijo, entre aplausos.
Los campamentos de la Juventud Socialista son una tradición que viene de 1989, cuando Giustiniani organizó el primero como presidente de la JS. Este año eligieron las montañas tapizadas de verde de Cafayate como escenario. Los jóvenes que llegaron de todo el país se instalaron tras las empalizadas de piedra estilo medieval del camping de Luz y Fuerza. “Más del 50 por ciento son de Santa Fe. El resto viene de Entre Ríos, La Pampa y Buenos Aires mayoritariamente”, explicó el secretario general del PS Salta, Germán Moreira. El campamento dura cuatro días y comenzó el miércoles con una serie de charlas y talleres que van desde diversidad sexual, el rock en los jóvenes socialistas y pueblos originarios hasta “Socialismo y gobierno”. “El campamento tiene una orientación formativa. Después, están los que no duermen en los cuatro días”, reconoció Moreira.
En la tarde fresca de Cafayate, bajo un cielo de nubes que ocultaba por momentos los picos de los cerros, los jóvenes socialistas tomaban mate, jugaban al voley o un picadito y asistían de a cientos a las charlas, que se daban en la gigantesca carpa comedor. Había banderas rojas por doquier y una negra que remedaba una frase del Che: “Si el presente es lucha, el futuro es nuestro”. También sobresalía una camioneta con camuflaje militar, de veteranos de Malvinas rosarinos.
En una de las carpas sonaba una canción de Michael Jackson, que generaba controversia entre sus ocupantes, todos de Entre Ríos. “Ya nos tendríamos que adaptar y poner folklore”, señalaba Augusto el panorama telúrico de llamas pastando y caballos que cruzaban por la ruta. “Che, yo quiero poner reggae desde la mañana y no me dan bola”, se quejaba Mariana, de 22 años. Augusto, el más grande, milita en el socialismo desde hace diez años. El resto, que se conocen de un profesorado de historia, se está acercando a través del campamento. “Invitan a la gente para que luego se pueda ir sumando a militar. No-sotros llegamos anoche tarde, quisimos prender un fogón, pero nos pidieron que cerca de las carpas, no”, relata Ezequiel, de 17 años. Algo más los une: todos contestan que lo ven a Binner como presidente. “Es una figura constructiva de la oposición, no como Ca..., como otras figuras”, se corrige Augusto, que lleva una remera de Homero Simpson.
De saco, aunque sin corbata, Binner entró sonriente al campamento y se zambulló en un mar de flashes de cámaras y fotos de celulares (entre los jóvenes socialistas había más de un peinado flogger) “Parecemos un curso de egresados y nosotros, los profesores”, le comentó Binner a Giustiniani, entre foto y foto. Uno de los jóvenes lo invitó a una charla sobre la crisis internacional. “¿Crisis? ¿Qué crisis?”, bromeó Binner y guiñó un ojo. A medida que pasaba el rato, algunos se animaron a los cantitos: “¿Qué me decís?/ Está creciendo el socialismo en el país”, coreaban.
Binner saludó hasta a los cocineros, que preparaban las empanadas para la noche. “Les vamos a dar unas ricas empanadas salteñas”, le dijo la cocinera al gobernador. “De las santafesinas, ya estamos cansados”, chanceó Binner, que luego encabezó la marcha hasta el centro de la ciudad y hasta se sumó a los cantitos. “Ni peronista, ni joven K/ soy socialista de verdad”, cantaban los jóvenes. Por la noche, Giustiniani señaló en la charla que “la Argentina vive una etapa de transición. El kirchnerismo ya agotó su respuesta a la sociedad y desde la oposición debemos plantear una alternativa para salir de la crisis” y planteó que es necesario suspender por seis meses los despidos.
“Ya hay presidentes socialistas en Uruguay, en Chile, en Brasil, lo que nos da la pauta de que Argentina también tendrá, más temprano que tarde, un presidente socialista”, se entusiasmó el senador. A su lado, Binner sonreía.
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